miércoles, 20 de mayo de 2009

Victor Gallego


En un intercambio vía mail, el traductor del libro Cuentos, de Antón Chéjov, tuvo la gentileza de enviarnos unas palabras acerca del cuento "Casa con desván".
Aquí las palabras de Victor Gallego.
¡Gracias!



Pues sólo decirle que es uno de los cuentos de Chéjov que más me gustan. Me parece, también, uno de los mas complejos, de los que más se abren a diferentes interpretaciones y salidas. En ese sentido tiene algo de simbólico, o al menos de alegórico. Por otro lado, presenta uno de los ejemplares más puros y paradigmáticos de ese personaje que recorre casi todos sus cuentos, “bueno, pero incapaz de hacer el bien”. La propia estructura del relato es casi perfecta, con esa presentación del jardín sombrío, a la incierta luz del atardecer, y ese final magnífico: “Misius, dónde estás?”. Por lo demás, en esas discusiones está casi todo el XIX ruso, con esa problemática sobre el bien común y el papel de la inteligencia en el desarrollo de la sociedad. También, por qué no, ese conflico eterno entre el artista, con su egoísmo de creador, y las aspiraciones humanitarias y la preocupación por los demás. Y luego esa red de sentimientos tan complejos: de las dos hermanas con el protagonista, de las dos hermanas entre sí. ¿Qué siente, en realidad, la hermana mayor por el pintor? ¿Celos, odio, amor, o todas y cada una de esas cosas? En fin, un cuento inagotable, maravilloso. Parece mentira que en tan pocas páginas se pueda sugerir tanto. Porque Chéjov nunca afirma, sólo sugiere.


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